lunes, 26 de abril de 2010






HISTORIA DE MI PUEBLO.






La Peza se encuentra a las faldas de Sierra Nevada y muy próxima a la zona de contacto entre esta y la Sierra de Huétor. El paisaje montañoso domina en prácticamente todo el término municipal y favorece el predominio de las actividades relacionadas con la explotación del monte: ganadería, apicultura, madera...
La leyenda del Alcalde Carbonero, transmitida por P.A. de Alarcón, nos recuerda que hasta hace pocos años la fabricación de carbón vegetal era una actividad fundamental en La Peza. La Peza fue la estación viaria más importante en el "camino viejo de Guadix a Granada" hasta principios del siglo XIX, momento en que se privilegió la actual vía por el Puerto de la Mora.
Testimonio de ese papel son las ruinas del castillo medieval que se conservan en lo alto del pueblo y en el que pernoctó J. Münzer a finales del siglo XV. A partir de entonces La Peza quedó en un segundo plano, aunque el "atraso" económico ha permitido que se conservara uno de los cascos urbanos medievales y moriscos más interesantes de la comarca.
Hoy La Peza, con sus más de 50 km. de pistas forestales, aptas para distintas modalidades de rutas, a través de espacios naturales bien conservados, ofrece todos los atractivos para el turismo rural.
El Ayuntamiento de La Peza, ha realizado una ruta cultural referente a los hechos históricos ocurridos en La Peza a finales del siglo XVIII. Se trata de una iniciativa que pretende dar a conocer a los propios habitantes de La Peza de los hechos ocurridos mediante un paseo placentero por el pueblo. De la misma manera se pretende que sirva de atracción turística y permita a los visitantes conocer datos referentes a nuestra historia.
La iniciativa ha consistido en la realización de una serie de azulejos instalados en las diferentes calles del pueblo y que posibilitan un recorrido por el mismo placentero, cultural y turístico.
Hasta el s. XVI, los lapezeños se dedicaban principalmente a la labranza y el pastoreo, tareas facilitadas por ser esta peculiar villa muy rica en aguas y por estar en la falda de Sierra Nevada. Llegó a haber casi 9000 cabezas de ganado hacia finales de ese siglo (mayormente cabras, ovejas y cerdos), y los cultivos más frecuentes eran las muy apreciadas viñas y los morales para la cría de gusanos de seda, también muy bien considerada en el reino. En los siglos siguientes, la actividad económica se centra en tres recursos básicos: los mesones y posadas (por seguir siendo La Peza un punto clave entre el Levante y la Vega granadina), las canteras (ya muy cotizadas desde antaño) y el carbón (pues se dice que los lapezeños son los mejores carboneros de toda Andalucía).
En la hermosa villa de La Peza, el trabajo del carbón va indisolublemente unido a un nombre propio: el de Manuel Atienza, más conocido como el alcalde carbonero. Es éste un personaje de gran calado en la conciencia de los lapezeños, aunque su origen quede oculto tras la leyenda. Sólo un escritor insigne y al mismo tiempo enamorado de La Peza, el accitano Pedro Antonio de Alarcón, podría traernos al presente una figura ten particular como misteriosa.
En su historia “El alcalde carbonero”, Alarcón nos relata la gesta de este hombre en la defensa de La Peza frente al ejército invasor francés, en abril de 1810. Parecía que estaba escrito que la villa caería en manos francesas, pero eso sería a un precio muy alto: un extraño cañón construido por los propios lapezeños, que estalla de tal modo que siembra la muerte tanto en un bando como en el otro, y un alcalde valiente y entregado a su pueblo, llamado Manuel Atienza, que rompe su vara de mando ante el general francés y que se arroja desde un barranco.

1 comentario:

  1. Nerea, Muy bien. Me parece una muy buena idea la de difundir un poco la cultura e historia de tu pueblo. Me ha parecido muy interesante.

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